domingo, 22 de enero de 2017

Eucalipsis

La fanfarria neoliberal churreteó unos morlacos y el pueblo chileno tuvo más plata. Por primera vez empezó a viajar por su país. Algunes en campings pagados, les más chorizos, a cuero pelao en la floresta. Sudacas salides de la educación particular subvencionada, nunca les enseñaron a apagar sus fogatas, de repente transfiguradas en millones de mechas, que infladas del viento cordillerano y alentadas por la colonización eucalíptica, prendieron toda la zona central. El incendio más grande de la histeria humana. Millones de hectáreas arrasadas inutilizables, y a les santiaguines no les dolió hasta que el humo infectó sus pulmones. Fue el preámbulo del Gran Fuego que devoró la capital en cuarenta y cuatro horas de eucalipsis, todo por no aprender a mear la fogata culiá.

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