martes, 21 de noviembre de 2017

La transición ha terminado

Lo primero que le dije a mi marido el domingo fue: “hoy van a haber sorpresas”. Estuve de apoderade frenteamplista, y cuando los primeros votos fueron para Bea, mi corazón saltó y malrrespiré el conteo entero. Vi al Frente Amplio ser primera mayoría, vi un gobierno del pueblo por primera vez desde la Unidad Popular. Sí, el pueblo, esa palabra indecible en la angosta faja; volviendo triunfal. Beatriz ganó en mi mesa y en la de al lado, y alrededor puros triunfos para la gran Bea Sánchez, y yo temblando frío, lloriqueando de estar viviendo un sueño antiguo y futuro, hasta que me llega el cómputo oficial. Y luego las actas, febriles actas de apoderade que ni un suspiro de tuiter, ni una muesca de instagram porque el conteo, el Giorgio, el arrastre y luego la música, los medios, el desgaste previsible de material. Ha nacido el oráculo: su nombre es Frente Amplio. Tiene veinte hijos glamorosos, y una Abuela: Elena Caffarena (ruega por nosotres y celebra la muerte de todas las erres de Chile: Larraín Zaldívar, Larraín por ti, Larraín Hernán y su hijo: el asesino).

martes, 29 de agosto de 2017

Vomistar

Quiebra su cadera gigante para encajarse de lado en el asiento que el compañero cola le trajo recién. Aterriza elefante rápido, saca la guata espúrea y me mira desde atrás de su pelo rubio teñido.

-¿Qué se le ofrece?
-Quiero terminar mi contrato con Vomistar.
-¿Usted es el titular de la cuenta?
-No.
-¿Trajo la documentación?
-Sí.

En voz alta lee sílaba por sílaba la declaración jurada simple, con la firma falsificada.

-Perfecto. Espéreme un momentito que voy a hablar con mi jefe, ¿ya?

Vuelve transformada: sus ojos ahora son azules de contacto, la guata se le redujo un minicentímetro, el pelo es dos tonos más claro. Se agarra un mechón pajiento de dura seca, lo da vueltas entre sus dedos.

-¿Y por qué quiere terminar su contrato?
-Porque el servicio que dan es como el hoyo: el internet es lento y se cae a cada rato, y el teléfono y el cable ni los usamos. Me están robando noventa lucas mensuales.
-Me temo que no va a ser posible terminarle el contrato. La declaración jurada tiene fecha de la semana pasada, eso no podemos aceptarlo; el carnet de la titular venció ayer, además está escaneado y no fotocopiado, ¿cómo no se le ocurrió?

Paul se acuerda de la primera vez que intentó terminar su contrato con Vomistar.

-Necesita traer una declaración jurada simple de la titular, sin eso no podemos hacer nada.

Luego bucea en la segunda venida, cuando llevó la declaración.

-Bien, pero le falta una copia del carnet de la titular firmado por ella. Sin eso no podemos hacer nada.

Y la tercera.

-Necesita traer el módem, el cable, el control remoto. Sin eso no podemos hacer nada.

Cuarta.

-Esta firma no coincide con la del carnet, no ve que le falta el punto arriba de la th.

-Es el colmo que me estén hueviando por ridiculeces como esa, ¡es terminar un pinche contrato de teléfono! ¡No es un ademán bancario, no voy a comprar una casa! ¡Déjame terminar el contrato con ustedes! ¡Yo he tenido muchos problemas con Vomistar, han dicho que me van a cambiar el módem y me han dejado sin internet por un mes, me están cobrando noventa lucas por un servicio que no uso y ni siquiera me dejan terminarlo! ¡Yo sé lo que te hizo tu jefe, yo sé lo que te dijo, sé que el jefe de su jefe de su jefe, sentado mirando el Atlántico en Washington, le ordenó no permitir ningún retiro desde Vomistarlandia Increpada, Transnazianal de Los Mil Mares, y aunque el hígado se me vaya a reventar de rabia, aunque la bilis se me suelte por los ojos, todavía estoy de pie y te aseguro, te digo, cuando el Pueblo vuelva, lo primero que haremos será cagar a Vomistar del Precipicio que mira al Mar.

sábado, 29 de julio de 2017

El Ano de la Suerte

Júpiter se expande hacia Sol, Sol lo mira y bailan, batallan house, la mirada quema en la gran mancha roja del crecimiento eterno, el fuego radia nutre, ahora es una cueca, vuelta, Júpiter persigue a Sol, Sol que se arranca, vuelta y Júpiter arranca mientras Sol persigue, el espacio entre ambos se hunde en sí mismo, es demasiada nada para tanta materia, demasiada nada para nada, un hoyo sin fin abriéndose justo entre medio de les des, la danza de los rojos que se aman y se odian y producen el Ano de la Suerte Universal.

lunes, 24 de julio de 2017

Les dinosauries fundaron Valparaíso

Les dinosauries de todos los colores fundaron Valparaíso allá por la Segunda Venida, mil años antes de la invasión. Sus espíritus revueltos, infestivos, vomitadores de cultura hedionda a vagina y perro mojao todavía nutren el ambiente invisible de las fantasmas, que Neruda, con toda su cursilería y su leninismo, jamás intuyó.

viernes, 16 de junio de 2017

Reguetonera

Llegó al café literario, subió al segundo piso y vio ocupados los puestos de la mesa larga, así que avanzó hacia las mesas chicas de más atrás. Todas eran para cuatro personas, y en cada una de ellas había dos humanes, lo más lejos posible sentades une en diagonal al otre, como si sentarse frente a frente fuera demasiada intimidad. Se divirtió al ver que justo al lado del lugar vacío, en diagonal a un hombre de treinta-cuarenta que suspiraba horriblemente, con una cuaja en su corazón y que le miraba de reojo; justo al lado del vacío estaba un hombrón de edad indefinible, masculinamente sentado con las patas bien abiertas, apenas una polera con el frío que hacía, una parka reguetonera abierta sobre el pecho, absorto en su celular, perfumado y sin embargo sobre su perfume sobresalía su propio olor, refrito en el pico, en los cocos, en el hoyo del culo, y agradeció quedar sentada justo en el pico, en el pico vuelto hacia dentro de ese espacio suscitado al lado del machito latino. Orgullosa sacó su computador rasca y se instaló. El machito acabó, se paró y se fue. No le dijo chao.

miércoles, 24 de mayo de 2017

Invierno chileno

Todos los días una luz gris que nos impregna y nos encierra en nuestras casas, más congeladas que la calle. Así es Chile. No preparado para su propio invierno, de puro pobre, de puro que no nieva, de puro que qué tanto, si igual podemos pasar el invierno cagaos de frío tomando té hasta quemarnos la garganta. Esa misma garganta inflamada por los rotavirus que nos mantienen en cama, acelgas recocidas a media batería mientras los glóbulos blancos languidecen. Ya no sé si es jueves o martes, todos los días esa maldita luz gris, que mejor fuera negra para mandarnos a todos a la chingada y ya, bonita muerte colectiva, pero no, tiene que ser gris la conchasumadre, bien gris para que podamos apreciar nuestro propio deterioro: conforme avanza el invierno aparece el herpes, las verrugas, los tajos en las manos y en la cara, de puro frío chileno no más poh, de puro que los glóbulos blancos no se la pueden contra la manada que nos destroza, todos los días una luz gris.

domingo, 14 de mayo de 2017

Salvación

De forma programada, fueron naciendo menos y menos niñes en cada nueva generación de humanes, con lo que se consiguió disminuir la población hasta el mínimo indispensable y salvar el planeta.

miércoles, 19 de abril de 2017

Censo

El colombiano del frente está en su balcón. Medita exhibiéndose en poses griegas, con su magnífico torso descubierto, inclinado cuarenta y cinco grados hacia el cielo. Un pene erecto. De repente, se deja caer melodramáticamente. Su pecho queda detrás del balcón, pero no sus brazos, del ancho de su cabeza, colgando uno al lado del otro, en un triángulo que no alcanza a realizarse y sus ojos pequeños y almendrados envolviendo una nariz fina, el rostro triangular, anguloso, suave, con orejas circulares, no demasiado femenino en sus cejas portentosas, en su barba abundante y bien afeitada. Ladea la cara y me dice grindr, quierosexo, véngase pa acá, estira la trompita adelgazando aún más su cara. Luego se para, contrae un pectoral o dos y se mete al departamento. Por lo menos saldrá en strapless, pienso, pero no, baja con su hijo y su señora a comprar empanadas. No existe otra cosa el día del Censo. Todos los lugares cerrados, el supermercado, el mercado, la Vega, los chinos, los indios, los tailandeses y los mojojojo. Menos el Papi Pizza, relleno total, su dueña sentada detrás de la caja asegurando que va a haber pan toda la noche, que no cunda el pánico porque ellos, los Papi Pizza, van a alimentar a todos. Y mientras vuelvo y me como una empanada, aunque Colombia ya no esté más, igual me lo imagino frente a mí, sólo su rostro flotando hologrameado, mientras me voy a la chucha con el mejor orgasmo de las últimas cuarenta y ocho horas, cerrando los ojos, teniéndolo, desprendiéndome de los alemanes bizarreantes de tambler.

jueves, 13 de abril de 2017

Jueves de Cáscara

Me encantan las religiones. Pero el catolicismo es una cáscara vacía, drenada de contenido. Maldice el cuerpo, practicando la maldad que tanto dice combatir. Yo desde chique conversé directamente con dios. Me enseñó mi mamá, que siempre le ha hablado a dios en la cara. Fervorosa, acostada en su cama viendo Puente Viejo.

domingo, 2 de abril de 2017

El Deseo Invisible (fragmento)

Al terminarse el sándwich, el Ricardo lo invita a un hotel que hay a la vuelta, el Óscar acepta. En la oscuridad roja de la pieza rentada, luego de atravesar el pasillo café humoso, el Óscar de espalda se deja sacar el suéter a rayas, luego el pantalón pata de elefante. Cuando queda desnudo, el Ricardo lo acaricia con la mirada, un rato largo, hasta sentir que el pene se le para solo, lo que ya no le pasa con su esposa. Luego le pide que se le siente encima, mirándolo de frente, sólo para observar cómo se contorsiona de dolor y de placer mientras se lo mete.

miércoles, 29 de marzo de 2017

Joven Combatiente

La universidad privada terrible de cerrá a las seis de la tarde, día del Joven Combatiente y les bibliotecaries se fueron para sus casas tempranito. Ahí quedó la profe, en la reja esperando poder firmar su contrato de honorarios. Era el último día en que podía hacerlo, de distraída lo fue dejando para el día siguiente y el siguiente, de a poco se fue olvidando, olvidando, olvidando. Y ahora, sin sueldo por otro mes. Se lo van a pagar el siguiente mes, va a tener dos sueldos de una, y miseria temporal. Se fue cabizbaja. Lo que no sabía ná la profe, era que en la universidad pública de al lado, la ruina pública que aún imponía presencia en su calidad de elefante blanco, les estudiantes enfervorizados lanzaron un ataque sorpresa e invadieron la universidad privada. Con baldes llenos de estómagos de caballo, rociaron la entrada y esta se derritió de rabia y de vergüenza por lo que había hecho.

jueves, 16 de marzo de 2017

El Negro

El Negro era un actor de Ciudad mini. Postuló a la tele, pero no quedó. Dijo que lo habían discriminado por cola, y seguramente por pobre también. La tele es temible. Se comen los ojos. Y ahí quedó el pobre Negro, con su cara roedora, bien fea, una tigresa moviendo la cadera al ritmo del pop.

domingo, 12 de marzo de 2017

Antes del golpe

Antes del golpe de estado de 1973, la bohemia santiaguina cobijó, agazapado, al deseo invisible.


domingo, 5 de marzo de 2017

PRONTO

Se viene mi primer libro, "El deseo invisible. Santiago cola antes del golpe", por Editorial Cuarto Propio y con el apoyo del Fondo del Libro.

El deseo invisible


domingo, 26 de febrero de 2017

Autoinmune

Cada raspada de mis uñas sobre mi ingle, libera cuerdas vibrantes por dentro de mi pierna, mi guata y mi brazo. Son tendederos que traspasan el muslo, caen por el límite de la pantorrilla y llegan al tobillo, lo rodean una vez y se dispersan hacia el talón y el canto del pie. La guata tiembla satisfecha. Las cuerdas vibrantes alcanzan el meñique, orillan la mano en línea recta por el antebrazo hasta el codo. Y con cada surco microcósmico que trazan mis uñas descascaradas, gozo hasta tal punto que el orgasmo occidental me parece una piltrafa. Y me sumerjo en el deleite, firma sensorial de mi entrega al pica-rasca eterno, al placer interminable de destruir mi ingle, capa tras capa de proteínas muertas, uñas enterradas jalando tiras de piel, pelando la naranja autoinmune.

domingo, 12 de febrero de 2017

Tula

La tula del Regentaonvres, larga, recta y bien metía en su vagianal, él de espalda sobre la cama, rodillas al pecho pantorrillas al hombro, su culo apuntando hacia el Regentaonvres, que se lo está cogiendo por delante mientras él aprovecha de mirarle las calugas de gimnasio, las tetillas erectas y los ojos vacuos de norteño que no lo pueden creer, y que sólo gozarán cuando él se lo dé vuelta y se lo entierre semiflácido.

domingo, 5 de febrero de 2017

Taxista doce-doce

Viste el comercial que sacaron en el Líder, de un viejito pascuero pero oyyy, horrible el viejo pascuero que sacaron, ¿lo viste? Un tipo así flaco, con pitillos, ná qué ver, mis hijas están acostumbradas al viejo pascuero poh, con guata, de rojo, si los niños todavía tienen esa imagen del viejito poh, mira aquí tengo la foto de mis hijas cuando fueron a ver al viejito al mol, ahí sí poh, un viejito como corresponde. Yo si me encuentro al publicista que inventó esa hueá, se va de patá en el culo no más, bien ensartao en el Renca la lleva, si es como que a Jesús le cortaran el pelo y le pusieran pitillos, ¡ná qué ver poh! Mientras el Jesús de cuero del retrovisor se bambolea con cada frenada, el taxista doce-doce sigue palabreando desde su voz gruesa, con sus lentes dosmileros, escondiendo y mostrando la violencia que mantiene encerrada y a la vista, un bolón de rabia masculina porque yo quería estudiar publicidad, yo era muy creativo, siempre andaba haciendo cosas en Renca la lleva, dejaba a todas las maracas cagás de la risa, yo soy medio pariente del Jorge Pedreros, ¿lo ubicas tú? Bueno, él era músico, productor, tooodo poh, un hombre completo, ¡completísimo! Y yo salí igual, yo quería estudiar publicidad, pero mi papá no me dejó, me dijo que ese mundo estaba lleno de maracos, de hueones raros, así que no estudié, y mi papá no fue un siete, fue un diez como papá, te lo juro, te juro por Jesús y lo toma entre sus pinzas y lo zamarrea al vaivén automóvil, hace una cruz con el índice y el pulgar de la mano derecha, se la besa, que la única cosa que no le perdono es que no me haya dejado estudiar publicidad. Hace poco lo hablamos y me dio la razón. Y eso que en la población una vez fue un tipo humorista, y se puso a contar chistes y nadie lo pescó, al final me subí yo al escenario y los dejé a todos cagaos de la risa, si tengo pasta yo de... De...

jueves, 2 de febrero de 2017

Oración a la escuela particular subvencionada

Cuando aprendí a leer, me perdí en la palabra escrita sobre el chiquilles de la señorita Julia y su voz cascada chirriante. Y después córtese el pelo, aféitese, métase la camisa adentro, ¿o se cree niñita? Pórtese como hombre y restriéguese con sus compañeros bien hombres en la pichanga, en las duchas, entre el carnaval de penes atentos, pene con pene de euforia. Póngame atención, trabaje en silencio, no se meta en lo que no le corresponde e hínquese, hínquese dos veces en la misa o lo voy a llevar donde el padre Juan Emilio. Él siempre espera al fondo, en la sala oscurecida con cortinas de terciopelo negro. Acto de contricción: “Dígame en quién ha pensado y haciendo qué, dígame dónde se ha tocado y cómo, muéstreme”. Entonces arrodillarse sobre la gravilla filuda y bailar carne-piedra arriba, perforadedos, astillauñas, misoginia piernal falange asoma por debajo. Amén.

domingo, 22 de enero de 2017

Eucalipsis

La fanfarria neoliberal churreteó unos morlacos y el pueblo chileno tuvo más plata. Por primera vez empezó a viajar por su país. Algunes en campings pagados, les más chorizos, a cuero pelao en la floresta. Sudacas salides de la educación particular subvencionada, nunca les enseñaron a apagar sus fogatas, de repente transfiguradas en millones de mechas, que infladas del viento cordillerano y alentadas por la colonización eucalíptica, prendieron toda la zona central. El incendio más grande de la histeria humana. Millones de hectáreas arrasadas inutilizables, y a les santiaguines no les dolió hasta que el humo infectó sus pulmones. Fue el preámbulo del Gran Fuego que devoró la capital en cuarenta y cuatro horas de eucalipsis, todo por no aprender a mear la fogata culiá.

domingo, 15 de enero de 2017

Colas muy

Los colas muy mijitos ricos desde tineyers serán los primeros en quedar hechos mierda. Esa luz que emitían a los dieciséis, desde el sol-rostro porcelánico, ya anunciaba la decadencia en la mirada torva, bien perra, segura de poder culiarse a cualquiera, insistir un poquito y ya, a todos los penes les gustan los culos redondos y calentitos en la noche beirbac. Con cada año que pase, su piel lisa se volverá pútrida espinolenta, sus incisivos separados se transfigurarán en madera, grasa abdominal derramándose donde antes había abdominales turgentes, culo enverrugao de puro saunear, diez centímetros de diámetro doble fisting recto arriba, y puta qué rico, dame más papito, no te vayai todavía que quiero estirar sentir cuánto me topa, sus uñas serán garras sucias de la mierda de sus propios culos, escarba que te escarba el hoyo maldito, y ni ellos mismos se aguantarán el aliento a churrete.

domingo, 8 de enero de 2017

Violencia machista

“¡Pssst!”, me llama un mendigo sin rostro. No lo pesco, me quedo tieso mirando adelante, hacia dentro de la boti de Merced con Mosqueto. “Flaco, flaco…”. Respiro lento y profundo, con rabia pienso en que no puedo comprar en mi barrio sin que los mendigos me acosen. “Oye, oye, oye… La indiferencia también es violencia poh…”. Estatua. “Oye, ¿a voh te violaron cuando shico?”. Me sonrío imperceptiblemente. “Pobrecitooo, lo violaron cuando shico por eso es así… Qué pena tu vida loco”. Finalmente me atienden, no tienen escupo ni austral, los envases retornables que tengo en mi bolsa ecológica, y no aceptan cambiarlos por envases de otras marcas. Me voy caminando por Mosqueto hacia la otra boti, y desde atrás escucho que me gritan: “¡Hueco culiao!”. Me paro en seco. Me devuelvo, estamos en el barrio cola por la chucha, ¡¿cómo me van a estar gritando hueás en mi propio barrio?! Les grito de vuelta: “¡¿Quién me gritó hueco culiao?!”. El mendigo sin rostro deja de acosar a la fila de compradores y se da vuelta hacia mí. “¡Mira conchatumare, este es mi barrio! ¡Yo vivo aquí! ¡Y es el barrio hueco pa que sepai, así que si tenís algún problema con los huecos, vai a tener que irte! ¡Ahora mismo estoy llamando al paco encargao de esta cuadra! ¡Y la próxima vez que me digai algo a mí o a cualquier otro hueco, vamos a ir todos los huecos del barrio a sacarte la conchatumare!”. Me mira con sorna y desdén, porque no soy macho para ir y sacarle la chucha, porque no soy macho para juntar a otros colas-machos y sacarle la conchatumare, porque ni siquiera soy tan fascista como para llamar a los pacos… Descubro un nuevo rostro de mi propia ingenuidad, mi barrio cola no es seguro, ni tan cola es tan poco, si lo comparto con los mendigos. Bellas Partes no es seguro, Santiago no es seguro, Chile no es seguro. Cuando le conté, la Amada me dijo la verdad: “Eso que sientes tú es lo mismo que hemos sentido todas las mujeres, en cualquier lado, toda la vida. Es la violencia machista”.

jueves, 5 de enero de 2017

Taxistavoldemort

Es Navidad en Chile. Con la Coatlicue vamos terrible de apurás a tomar el bus para pasar las fiestas en Ciudad mini. El taco convierte Santiago en un gigantesco intestino con estreñimiento. El bus sale en trece minutos. Tontamente se me ocurre: “En taxi va a ser más rápido. Hay que tomar la Alameda y ya”. No existen taxis por Merced, sólo gigantescas camionetas cuatro por cuatro de viejas culiás del barrio alto. Derritiéndonos llegamos hasta la esquina de José Miguey de la Barra, más allá Merced se asoma vacía y productiva. Y yo bien ahueoná, bien azopá la culiá, se me ocurre no seguir por ahí sino torcer por Victoria Subercaseaux, siguiendo las luces de varios taxis coqueteándonos. Entonces avanza la materia fecal, los taxis pasan soplaos delante de nosotras y no nos paran. Más atrás, más lejos de Merced libre y del camino hacia la Alameda se asoman otros dos taxis. El chofer del taxi más cercano está pelado a lo Voldemort y mira con gelidez el intestino embotellado. Mientras me acerco percibo una extrañeza fría y sigo de largo, hacia el segundo taxi, no me tinca pa ná ese taxistavoldemort. Siempre lógica, la Coatlicue detrás mío me llama para que nos subamos. Le hago caso y me devuelvo, no escucho mi intuición. Presiono la manilla de la puerta trasera y no abre. Trato de nuevo y lo mismo. Me asomo por el vidrio del copiloto y le pongo quizás qué cara de impaciencia al taxistavoldemort. Desde adentro me grita: “¡Fuerte!”. Me molesta su voz rasposa, estoy más atrasao que la chucha y este taxi que no abre, dan el verde y al fin la manilla cede, me tiro contra el asiento trasero con mi mochila gigante, la Coatlicue me sigue y cierra la puerta, pero la goma de esta queda colgando, el taxista le grita a la Coatlicue: “¡Mire lo que hizo! ¡Cierre bien la puerta pueh! ¡No me destroce el auto!”. Y ella reacciona abriendo sus ojos abismales y acercando su cara al taxistavoldemort, lista para dar el zarpazo, y este se le acerca también, gritándonos y salpicándonos de saliva: “¡Es mi auto! ¡Es mi auto!”. De una mirada le digo a la Coatlicue que abra la puerta, y mientras nos alejamos el taxistavoldemort sigue gritando: “¡Váyanse conchasumadre! ¡Váyanse maracos culiaos!”.