martes, 29 de agosto de 2017

Vomistar

Quiebra su cadera gigante para encajarse de lado en el asiento que el compañero cola le trajo recién. Aterriza elefante rápido, saca la guata espúrea y me mira desde atrás de su pelo rubio teñido.

-¿Qué se le ofrece?
-Quiero terminar mi contrato con Vomistar.
-¿Usted es el titular de la cuenta?
-No.
-¿Trajo la documentación?
-Sí.

En voz alta lee sílaba por sílaba la declaración jurada simple, con la firma falsificada.

-Perfecto. Espéreme un momentito que voy a hablar con mi jefe, ¿ya?

Vuelve transformada: sus ojos ahora son azules de contacto, la guata se le redujo un minicentímetro, el pelo es dos tonos más claro. Se agarra un mechón pajiento de dura seca, lo da vueltas entre sus dedos.

-¿Y por qué quiere terminar su contrato?
-Porque el servicio que dan es como el hoyo: el internet es lento y se cae a cada rato, y el teléfono y el cable ni los usamos. Me están robando noventa lucas mensuales.
-Me temo que no va a ser posible terminarle el contrato. La declaración jurada tiene fecha de la semana pasada, eso no podemos aceptarlo; el carnet de la titular venció ayer, además está escaneado y no fotocopiado, ¿cómo no se le ocurrió?

Paul se acuerda de la primera vez que intentó terminar su contrato con Vomistar.

-Necesita traer una declaración jurada simple de la titular, sin eso no podemos hacer nada.

Luego bucea en la segunda venida, cuando llevó la declaración.

-Bien, pero le falta una copia del carnet de la titular firmado por ella. Sin eso no podemos hacer nada.

Y la tercera.

-Necesita traer el módem, el cable, el control remoto. Sin eso no podemos hacer nada.

Cuarta.

-Esta firma no coincide con la del carnet, no ve que le falta el punto arriba de la th.

-Es el colmo que me estén hueviando por ridiculeces como esa, ¡es terminar un pinche contrato de teléfono! ¡No es un ademán bancario, no voy a comprar una casa! ¡Déjame terminar el contrato con ustedes! ¡Yo he tenido muchos problemas con Vomistar, han dicho que me van a cambiar el módem y me han dejado sin internet por un mes, me están cobrando noventa lucas por un servicio que no uso y ni siquiera me dejan terminarlo! ¡Yo sé lo que te hizo tu jefe, yo sé lo que te dijo, sé que el jefe de su jefe de su jefe, sentado mirando el Atlántico en Washington, le ordenó no permitir ningún retiro desde Vomistarlandia Increpada, Transnazianal de Los Mil Mares, y aunque el hígado se me vaya a reventar de rabia, aunque la bilis se me suelte por los ojos, todavía estoy de pie y te aseguro, te digo, cuando el Pueblo vuelva, lo primero que haremos será cagar a Vomistar del Precipicio que mira al Mar.