miércoles, 29 de marzo de 2017

Joven Combatiente

La universidad privada terrible de cerrá a las seis de la tarde, día del Joven Combatiente y les bibliotecaries se fueron para sus casas tempranito. Ahí quedó la profe, en la reja esperando poder firmar su contrato de honorarios. Era el último día en que podía hacerlo, de distraída lo fue dejando para el día siguiente y el siguiente, de a poco se fue olvidando, olvidando, olvidando. Y ahora, sin sueldo por otro mes. Se lo van a pagar el siguiente mes, va a tener dos sueldos de una, y miseria temporal. Se fue cabizbaja. Lo que no sabía ná la profe, era que en la universidad pública de al lado, la ruina pública que aún imponía presencia en su calidad de elefante blanco, les estudiantes enfervorizados lanzaron un ataque sorpresa e invadieron la universidad privada. Con baldes llenos de estómagos de caballo, rociaron la entrada y esta se derritió de rabia y de vergüenza por lo que había hecho.

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