domingo, 23 de octubre de 2016

Mi mamamáma

A mi mamamáma la cosieron en el Hospital Público de Valparaíso después de que la enfermera Hersch la masacrara. Gigantona reculiá, menos mal que mi vieja la acusó en los comentarios de la página web del Hospital, y ahí quedó la cagá. El comentario viralizándose, la prensa informando a todo el país, la enfermera despedida con sumario y la Directora del Hospital pidiendo disculpas públicas a mi mamamáma por la tele, y ella recibiéndola en su casa de Ciudad mini, altiva desde su pequeñez, tirá en la cama, la guata al aire, la piel abierta donde debiera estar su ombligo y con trazos completos de intestino delgado asomados y formando un nudo de varios centímetros, guiñapos de carne rosácea, blanca y rojinegra amarrados entre ellos y asegurados con un alambre de púas delgado, con dientes finísimos de tripo que atraviesan el amasijo carnuriento dando vueltas una y otra vez, el alambre transgrediendo la carne tironeada fuera de la guata de mi mamamáma e iniciando la creación del vacío absoluto: la esfera tripal.

domingo, 16 de octubre de 2016

Trescientos años

En el cajero automático de Merced con Miraflores, hay una señora de cien años. Se demora cien años en sacar plata, y otros cien más en activar la puerta de salida con el dorso de su mano. Total: trescientos años.

domingo, 9 de octubre de 2016

En pedazos

Mi mamá tiene una amiga de toda la vida, yo le digo tía. Tiene un hijo que es drogadicto, lleva mucho tiempo metido, así mal. El otro día, para comprarse droga, le robó no sé qué cosa a un trailero, y el trailero llamó a no sé quién, y resultó que lo fueron a buscar. Lo fueron a buscar a la casa de mi tía. Él se escondió, mi tía les abrió y los narcos le dijeron que si el puto hijo de la chingada de su puta madre no se iba con ellos, los iban a matar a todos en la casa. Se lo llevaron. Mi tía se desesperó y llamó a mi mamá a Sacramento y le contó. Al otro día, la llamaron del hospital y tus ojos me llenan: estaba vivo. Lo encontraron en un cerro. Sin piernas. Tan sólo dos torniquetes a modo de escafalandria, para que siguiera vivo. Lo podrían haber desaparecido, pero no. Volvió en pedazos.

domingo, 2 de octubre de 2016

Suicidio escolar


Culéame,
me dijo el niño de diez años,
bien jotillo,
picoteando, voz en pájaro,
mirada filuda,
lengüetazo en el pelo.

Culéame,
me dijo el jaig clas tineyer
mirada hambrienta,
en cuatro poniendo el culo
de mentira sí poh,
de verdad también poh,
al aire, embadurnado de la misma grasa,
que brilla su frente
y clava sus cachetes.

Culéame,
me dijo la mujer más histérica del mundo,
pelo corto, barba rala,
culo pelúo,
voz sin trueno,
revolcándose en el barro de su propia histeria,
atravesada de histeria,
comiéndose su propia histeria,
y luego vomitando,
engulléndose a sí misma
de histeria,
junto con su nombre: JEN-RY.


https://soundcloud.com/gonzalo-asalazar/suicidio-escolarmp3